Los tumores suelen causar pérdidas de funciones corporales y daños en la autoimagen y el self corporal, además de suponer una sería amenaza para la vida. Por todo esto, pueden esperarse procesos de duelo complicados con el diagnostico “cáncer”. Y no sólo en los enfermos: en un sentido psicológico “el cáncer invade las familias” mucho antes de que el enfermo esté grave o terminal. Numerosos estudios han demostrado que la intensidad de la aflicción vinculada a la aparición del cáncer está determinada en buena medida por el sentimiento de los pacientes de que la enfermedad les ha hecho diferentes a los demás. A su vez, esta situación puede dar lugar a depresión, problemas sexuales u otras dificultades psicológicas, psicosomáticas e incluso somáticas.
La afectación de la sexualidad es generalizada, sea cual sea el tipo de tumor( de pulmón o Hodgkin; y más si es de testículo, de próstata o de mama). Entre un cuarto y un tercio de los pacientes con cualquier tipo de tumor sienten que se han hecho menos atractivos para su pareja y que su deseo sexual ha disminuido.. Como las mastectomizadas , es habitual que se autoobserven una y otra vez, se miren en el espejo, se vistan y desvistan en la oscuridad, disminuyan el tiempo del baño o la presencia en piscinas, gimnasios y otros lugares que implican momentos de desnudez, lo que puede significar que se está instalando un duelo evitativo. . Todo esto debería tenerse en cuenta en la elección del tratamiento y debería ser considerado por los equipos especializados . Por ejemplo, el tratamiento quirúrgico del carcinoma de cérvix parece que da lugar a un menos descenso;del deseo sexual que el tratamiento con radioterapia; los hombres que han sido castrados por cirugía sienten que la intervención les hace menos atractivos y menos capaces de obtener el placer sexual, mientras que la castración química, en el caso del carcinoma de próstata , a menudo va asociada con una visible mejoría del estado de ánimo.
Los profesionales sanitarios están colocados en la linea asistencial más adecuada (por accesible y oportuna), para tratar de prevenir o cuidar las consecuencias de este tipo de pérdidas y conflictos. En todos estos casos es imprescindible, por ejemplo, pensar en la prevención. Y me refiero aquí ya no a la prevención de la enfermedad, sino a la prevención del duelo patológico.
La orientación, el apoyo psicológico y la información antes de la intervención son claves. Si el paciente no pregunta por los problemas psicológicos que se vienen nombrando hay que explicitarlos con él.
Al igual que existen protocolos sencillos para ayudar a los niños a afrontar hospitalizaciones y cirugías, también a los adultos habría que prepararles para este tipo de consecuencias que vienen acarreadas con el diagnostico “cáncer”. Son formas sencillas de hacer un duelo anticipatorio,que, como ya se ha visto, suele facilitar la elaboración.
JJA